La toma de decisiones es un proceso difícil

La toma de decisiones es un proceso difícil

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Lic. Alfredo H. Valdez Peralta
Consultor empresarial independiente

La peor decisión… La indecisión

” LA INDECISIÓN ES EL MAYOR LADRON DE OPORTUNIDADES “
Jim Rhon

Por: Lic. Alfredo H. Valdez Peralta

Desde hace un año que el Covid 19 Irrumpió en el planeta, vino a cambiar la forma en que todos los seres humanos vivíamos , nos movíamos , aprendíamos y nos relacionábamos, los ajustes han sido necesarios y en el mundo de las empresas los saldos han sido desastrosos para algunos y de oportunidades para otros.

La toma de decisiones es una de las principales tareas de la dirección, esta ha cobrado vital importancia ya que de ahí se marca la pauta de decidir las acciones, los ajustes y la transformación de las estructuras, los productos y las relaciones con sus clientes y lo que sea necesario para hacer frente a este inédito momento del mundo de nuestra era.

La toma de decisiones es un proceso difícil que requiere de tener la mayor información posible, constatar la veracidad de la misma y proceder al análisis y evaluación de los datos cuantitativos y cualitativos que formen la base sólida, para que en vez de reaccionar al entorno, pueda llevar con éxito el rumbo de la empresa con la mano firme y a la vez con la flexibilidad de ajustarse conforme a las circunstancias externas e internas lo vayan demandando.

LA INDECISIÓN SE CRISTALIZA EN LA DUDA, ¡LOS DOS SE MEZCLAN Y
SE CONVIERTEN EN MIEDO! Napoleón Hill

Lo que hay que evitar en el proceso de toma de decisiones, por los riesgos sin duda tan altos, y el reducido margen de error del que se dispone ante lo incierto del panorama; es posponer de manera indefinida las acciones, cambios o ajustes que las circunstancias demandan provocando con la lentitud en la falta de acción costos mayores y pérdida de oportunidades.

La dirección debe tomar el timón con mano firme, la tardanza o pausa permanente de acción afecta el liderazgo y le quita vitalidad a la estructura de la organización debilitando la sinergia necesaria que permita la flexibilidad para corregir o ajustar el rumbo trazado. La duda prolongada transmitida de la dirección a la organización provoca un daño a los equipos de trabajo difícil de subsanar. La inacción confunde y quita la atención de lo prioritario y disminuye la productividad, cuando no hay claridad para continuar por un camino o una guía de acción, lo más sano es cancelar y darle vuelta a la página.

Sin duda este momento de la historia del mundo donde el cambio es una constante continua que obliga a reinventarse la dirección debe de combinar experiencia, conocimientos y audacia que permitan conducir los destinos de la empresa con firmeza ante las amenazas de lo desconocido y la rapidez de la transformación de la tecnología ,

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