Entrevista a:
Lic. Edith Reyes Freaner
Fotógrafa Profesional
De ser considerada una actividad extremadamente especializada, la fotografía se convirtió en algo muy fácil de realizar. La evolución tecnológica pasó de la analogía a la digitalización y con ésta se diluyó la importancia del manejo de la técnica, la exigencia del dominio de la cámara, considera la fotógrafa profesional Edith Reyes.
El arte de la fotografía tiene que ver con la física, con la óptica, con el manejo del equipo. Los fotógrafos que se formaron en los 90 y a principios del 2000 aprendieron los principios de estas ramas del saber para hacer retrato, paisaje o fotos de productos. En aquel entonces cualquier imagen requería soluciones técnicas de iluminación, composición y concepto que ya no existen para las nuevas generaciones porque se inventó un aparato que –sin necesidad del razonamiento- puede ser utilizado por cualquier persona.
“Es una realidad. Los fabricantes de cámaras encontraron un nicho comercial en el que les va muy bien y convencieron a la gente de que cualquiera puede tomar fotografías”, comentó.
Las facilidades tecnológicas han propiciado un uso indiscriminado de la fotografía, estimulado, además, por una tendencia de pensamiento que gira en torno al “yo”, el cual explora en las imágenes una especie de terapia emocional que en ocasiones las hace incomprensibles o hasta violentas. Antes se buscaba alrededor de la forma, de la composición y de la iluminación, argumentó la artista, quien considera que el consumismo y la publicidad han impuesto un concepto de felicidad instantánea que también contribuye a la pérdida del valor del oficio.
Los fotógrafos deben adaptarse a los cambios tecnológicos pero también recuperar el valor del oficio a través del quehacer especializado. Retomar los principios de la educación visual, la técnica y sobre todo las características de lo humano, que en aras de la perfección ha sido muy manipulado con el photoshop.
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