Entrevista a:
Arquitecta Diana Susana Urías Borbón
Directora de la Carrera de Arquitectura en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Sonora Norte.
Las tendencias arquitectónicas en la construcción, diseño y uso de materiales en vivienda de nivel medio alto están cambiando. Aunque sigue siendo importante la economía, tienen prioridad elementos como el espacio y el cuidado del medio ambiente, afirmó la Arquitecta Diana Susana Urías Borbón, Directora de la Carrera de Arquitectura en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Sonora Norte.
En una región tan agresiva en cuestión de clima como es Sonora, una propuesta de los arquitectos es voltear al pasado, a como le hacían nuestros abuelos y bisabuelos para enfrentar el calor extremo sin aire acondicionado, y retomar los elementos que se puedan aplicar, como la altura en las viviendas y los materiales de construcción.
“Si el aire caliente sube y el fresco se queda abajo, hay que irnos con techos más altos, de 3 o 3.5 metros, que además permiten espacios desahogados y más agradables”, comentó.
El adobe, uno de los materiales de construcción más antiguo, que se vinculaba a lo económico o viejo, ahora es bastante valorado en los estratos socioeconómicos más altos por el efecto llamado energía térmica, que permite mantener fresca la vivienda durante el día. Además, es un material regional y que no requiere transportarse de lugares lejanos, agregó.
La tierra compactada es otro material que se utilizaba hace muchísimos años y que está volviendo también por sus propiedades térmicas. En un molde se ponen varias capas de tierra mezcladas con un porcentaje de cemento y se compactan, explicó. Sirven para hacer muros que resultan muy bonitos porque se puede añadir colorante a la tierra o utilizar su color natural para que la pared quede como veteada.
También hay clientes que prefieren lo último de la tecnología constructiva, dijo, como los paneles prefabricados que ya vienen con acabados, están preparados para aislar y permiten reducir hasta en 80% el tiempo de construcción. Son térmicos, vienen listos para pasar instalaciones y se les puede dar acabado como de una casa tradicional.
En cuanto al diseño de construcción, Urías Borbón recordó que la tendencia mundial es revitalizar las ciudades, concentrarlas y hacerlas crecer de manera vertical. En este sentido, se buscará que a la gente le resulte atractivo vivir en un departamento, con todas las comodidades que se le pudieran ofrecer como gimnasio, alberca, área de juegos, estacionamiento techado y mayor seguridad por el control de acceso.
La tendencia del paisajismo ha propiciado que los constructores respeten la vegetación endémica y el entorno. En Hermosillo, fraccionamientos de nivel medio y alto realizan importantes inversiones en diseño de paisaje con mezquites, sahuaros y laureles, que son plantas de la región y no necesitan mucha agua, externó.
La evolución tecnológica también tiene un impacto positivo en el quehacer arquitectónico, dijo la académica. En lugar del software de diseño AutoCAD, actualmente utilizan la plataforma BIM (Building Information Modeling) y el programa Revit para diseñar proyectos en 3D. El software modela componentes de construcción, analiza y simula sistemas y estructuras y realiza diseños. Además, desde el dibujo cuantifica el material y acabado de muros que se utilizará, evalúa la factibilidad de la construcción y la intención del diseño antes de que comience la construcción.
Aunque el BIM y el Revit se están utilizando principalmente para obra pública, aseguró que los estudiantes del Tec de Monterrey están capacitados en ese sistema y dijo que sólo es cuestión de tiempo para que a través de los despachos arquitectónicos sea utilizado en la construcción de vivienda.
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