
Doctora Gertie María Agraz Boeneker.
Por Xóchitl Rodríguez
El emprendimiento es un tema de validación de que el modelo de negocio que se está planteando va a funcionar. En estos tiempos de pandemia por el SARS-CoV-2, que ha obligado a tomar medidas como el aislamiento social, la realidad es que el panorama en general es incierto, tanto para las empresas nuevas como para las ya vigentes, consideró Gertie María Agraz Boeneker.
La Doctora en Negocios y Gestión de PyMEs, con especialidad en Emprendimiento y Empresas Familiares por la Universidad de Cantabria, en Santander, España, dijo que para saber si una idea de negocio se podrá convertir en una pequeña o mediana empresa durante la pandemia o la nueva normalidad, depende de qué tanto se ha podido validar tal idea.
“Tú imaginas un cliente, una propuesta de valor para tu cliente; por supuesto, desarrollas todo lo que el modelo requiere en cuanto a procesos, a comunicación, en cuanto a elaboración del producto o el servicio que le vas a entregar al cliente, y todo eso requiere una validación”, manifestó.

Si ese modelo permite validar durante la pandemia, es posible lanzar el negocio; incluso, en algunos casos puede ser un negocio a la medida de la pandemia, por ejemplo, entregas a domicilio, ventas por internet o cualquier tema que aproveche todas las nuevas tecnologías que permiten una comunicación virtual, no física, y permiten entregar un producto o un servicio de manera digital o a distancia.
“También aquellos productos, servicios, que se entregan de una manera física pero en los que la mayoría del proceso se puede hacer en forma digital -pedido, facturación-; todo eso requiere la habilitación del negocio”, agregó.
Al momento de emprender la pregunta debe ser: ¿Qué va a pasar con esta nueva normalidad?, ¿va a hacer obsoleto mi emprendimiento o va a darle un mayor potencial?, porque, dijo, en el nuevo normal seguramente hay muchas ideas de negocio que van a caer, pero también otras muchas que van a surgir.
“Como emprendedores hay que estar abiertos a todas esas posibilidades”, enfatizó.
El tema de la validación es muy importante, no se trata nada más de lanzarse hacia una idea porque se piense que puede resultar; sino lanzarse a una idea que, usando las metodologías normales de emprendimiento que se utilizan en las incubadoras, es una idea validada.

De entrada, una idea validada ya tiene un porcentaje de éxito, aunque el emprendimiento sigue siendo incierto hasta el momento en que ya está en la operación real; entonces, dijo, se entiende cómo funciona la nueva empresa, pero el tema de validar ofrece un nivel de información sobre qué tan exitoso puede ser el emprendimiento.
“Si la pandemia y con la forma en que estamos trabajando y operando actualmente permite la validación, pues está muy bien. Pero si la pandemia no la permite, pues hay que esperar”, precisó.
Con frecuencia los emprendedores tienden a enamorarse de su idea de negocio, pero hay que hacerle la prueba de ácido para saber si el nuevo normal la invalida completamente, o si funciona todavía mejor. “Hay que regresar al principio y con el nuevo panorama volver a crear esas hipótesis que después tenemos que validar”, reiteró.
COMENTARIOS