
Ex Presidente del Consejo de Profesionales
Inmobiliarios de México (COPIM)
El arrendamiento en tiempos de pandemia
Hace 12 meses no imaginábamos la problemática que se acercaba, se sentía en el ambiente la cercanía de problemas económicos y en los noticieros escuchábamos, como algo lejano, las noticias sobre un virus que tenía origen en China y que algunos países habían presentado contagios.
Un año después, aún no logramos sortear la tormenta que se vino encima, la economía se encuentra muy lastimada debido a la combinación de los problemas financieros que ya muchos países vislumbraban y la crisis económica generada por la ralentización de la actividad productiva, lo que obligó a muchas empresas a cerrar o despedir parte de su base laboral y, en otros casos, a reducir los salarios para poder permanecer operativas.
Entre el cúmulo de problemas que se generaron, quiero mencionar uno que afectó a muchos propietarios de bienes inmuebles y que hasta la fecha sigue presente.

Gran número de personas hacen uso del arrendamiento como una forma de resolver su necesidad de vivienda o de espacios laborales. Los propietarios de inmuebles en arrendamiento tienen como base de su esquema de negocio la certeza de que recibirán mes con mes la cantidad pactada como renta por el inmueble, pero la crisis económica y de salud trajo un ambiente de inestabilidad e incertidumbre.
Muchas personas no tienen la seguridad de que contarán con un trabajo los próximos meses o que su ingreso será el que esperan recibir y entonces pagar la renta se convierte en una especie de ruleta.

Lamentablemente no podemos resolver esa problemática y a los inquilinos lo único que les podemos aconsejar es: no gasten todo lo que tienen y de ser posible, si su economía se los permite, paguen alguna o algunas mensualidades por adelantado, para que tengan la tranquilidad de contar con un techo o con un lugar de trabajo.
A los propietarios sí les podemos aconsejar un poco más; lo primero es: nunca rentar a ciegas, que un prospecto de inquilino tenga para pagar la primera renta y el depósito no significa que siempre lo va a tener. Solicítele documentos que avalen su capacidad de pago en 3 a 1; esto es, que su ingreso rebase tres veces la mensualidad pactada.


Segundo, solicite cartas laborales. Cuando una empresa se ve orillada a recortar personal, es más probable que se deshaga de los que tienen poco tiempo laborando ahí y conserve a los de mayor experiencia.
Tercero, solicite que el prospecto de inquilino presente un obligado solidario que firme junto con él las obligaciones del contrato; este obligado solidario debe tener por lo menos la misma capacidad de pago y estabilidad laboral que el prospecto de inquilino.
Si su inquilino presenta problemas laborales durante la vigencia del contrato, haga un buen análisis antes de tomar una decisión. Si su cliente arrendatario ha sido un pagador responsable durante la vida del contrato y ahora tiene problemas por la pérdida de trabajo o la disminución de su salario, si la economía del propietario lo permite, yo le recomendaría que negocie con su cliente inquilino. Tal vez durante algunos meses le permita una renta reducida para apoyarle o puede llegar hasta a posponer el pago de la renta durante algunos meses para permitir al inquilino encontrar una nueva opción de ingresos. Esto es muy humanitario, aunque para algunos propietarios es muy doloroso o hasta imposible; pero hoy es tiempo de apoyarnos y es mejor una renta reducida o pospuesta que quedarnos con un inmueble vacío.

No tome decisiones precipitadas, analice con frialdad y después decida. La pandemia nos ha afectado a todos y en algún momento todos necesitaremos ayuda.

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