Entrevista a:
Marco Antonio Bernal Portillo
Presidente del Consejo Directivo Nacional de la Asociación de Ingenieros de Minas Metalurgistas y Geólogos de México, A.C.
En la industria minera de Sonora predominan las minas a cielo abierto, que tienen su origen en la búsqueda y recuperación de oro de principios de los años 90, en particular cuando inició operaciones la mina Santa Gertrudis, en el 92, recordó el Ingeniero Marco Antonio Bernal Portillo.
El Presidente del Consejo Directivo Nacional de la Asociación de Ingenieros de Minas Metalurgistas y Geólogos de México, A.C., explicó que la minería a cielo abierto consiste en la remoción de grandes cantidades de suelo y subsuelo que posteriormente son procesados para extraer el mineral. En la subterránea, la explotación de los yacimientos se desarrolla por debajo de la superficie del terreno. En ambos casos los explosivos son uno de los principales insumos, porque aún no hay equipos que tumben con facilidad el material que se requiere para procesarlo.
Los principales procesos productivos de una mina son la extracción del mineral, desde la mina hasta la planta de procesos. El procesamiento de mineral, que se refiere a la reducción de la roca por métodos físicos para liberar el material, y el aumento de la concentración por métodos físico químicos. La fundición, mediante la que se separan los metales contenidos en los concentrados y, posteriormente, la refinación que purifica los metales para su transformación industrial.
Es en la etapa de exploración donde se utiliza el equipo tecnificado de mayor tamaño para la industria. La perforación es la primera etapa del ciclo de operación para determinar si el proyecto es viable. Si el proyecto es positivo, inicia la etapa de descapote, sobre todo en las minas a cielo abierto, que es quitar el material estéril que está sobre la superficie para dejar descubierto el mineral, y posteriormente se procede al minado.
En el proceso intervienen una serie de elementos químicos para separar el mineral de la roca muerta o estéril. Son procesos de laboratorio cuyo fin último es obtener un elemento químicamente puro, que es lo que va al mercado.
En las minas subterráneas se utiliza el mismo equipo, camiones y trascabos, pero de bajo perfil. Son más chicos y de menor capacidad para que quepan en una dimensión de 4×4 y pueden acarrear entre diez y veinte toneladas del interior de una mina hacia la superficie.
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