Entrevista a:
Benjamín Burgos Flores
Doctor en Ciencias Económicas y Director de planeación de la Universidad de Sonora
Banxico fija la TIIE, una referencia sobre la cual el resto de los bancos determinan un margen de ganancia.
Igual que para todas las mercancías, hay un mercado de oferta y demanda para el dinero; alguien lo ofrece y otro lo demanda y se tiene que pagar un precio por él, que es la tasa de interés, manifestó el Doctor en Ciencias Económicas y Director de Planeación de la Universidad de Sonora, Benjamín Burgos Flores.
Por ejemplo, Banco de México -Banxico, el banco central del país- es uno de los que proveen recursos a los bancos comerciales, y éstos a las personas, o emite documentos Certificados de la Tesorería de la Federación (CETES) que alguien compra por un margen de ganancia.
“Es un mercado más complejo de lo que parece. A veces el propio banco es demandante y oferente; en otras ocasiones recibe dinero del público o agarrara ese dinero y compra Cetes, entonces cambia de inversionista a ahorrador”: agregó.
Aunque es un término muy economista, lo interesante es que hay un mercado de dinero -igual que cualquier otro mercado- y el costo por usar una cantidad de dinero durante cierto tiempo es la tasa de interés.
¿Cómo se determina? Lo determina el mercado pero un participante importante es el gobierno, en este caso el Banco de México, que actualmente mantiene su tasa de interés en 8.25%.
El papel del Banxico es determinante, pero depende de cómo está la economía, el crecimiento, la inversión, el empleo, el desempleo y la propia inflación, entre otros factores que presionan por más o menos dinero.
Banxico tiene que fijar la Tasa de Interés lnterbancaria de Equilibrio (TIIE), una tasa representativa de las operaciones de crédito entre los bancos y referencia para los diferentes instrumentos y productos financieros por los que pueden cobrar no el 8.25% sino 15%, 20%, 30% u otro margen, según el caso.
“Es la referencia sobre la cual ponen un porcentaje. Por eso la gente tiene la impresión de que quien determina la tasa de interés que pagas en el banco, por tu casa, tu auto o tu tarjeta de crédito, es el Banco de México. Pero no es así”; precisó.
Todos los bancos centrales toman en cuenta la oferta y la demanda. No establecen su tasa de interés por decreto, sino por las condiciones de mercado. Por ejemplo, en México la tasa de inflación alcanzó 4.43% para la primera quincena de mayo y la tasa de interés no puede ser menor; si así fuera, los ahorradores estarían perdiendo al final de año porque recibirían menos en capacidad de compra. Un sistema financiero no funciona con rendimientos reales negativos, explicó.
También se deben considerar las condiciones de mercado internacionales, los riesgos, el déficit, etcétera. Una referencia es la tasa de interés de la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos, “si es muy alta allá y baja acá, los inversionistas se van a ir porque hay más seguridad del riesgo’; dijo.
Los propósitos de la Fed y el Banxico -ambos bancos centrales autónomos- son diferentes. La primera debe controlar la inflación y hacer crecer la economía, mientras que el único mandato constitucional del Banco de México es controlar la inflación.
Por ello, actualmente que la inflación alcanzó el 4.43% cuando debería andar en 3 o 3.5%, Banxico mantiene su tasa de referencia en 8.25%, la cual bajará hasta que cedan las presiones inflacionarias.
Por desgracia, hay un trade off entre tasa de interés y crecimiento. Es decir, si la tasa de interés es alta, dejamos de pedir prestado, de comprar un carro, una casa, y esto le pega al crecimiento’; comentó.
Un aumento en la tasa de interés representa dos cosas, por un lado, desestimula la inversión, lo que le pega al empleo, y, por otro lado, aunque la empresa mantenga su nivel de operaciones, incrementa sus costos, concluyó.
COMENTARIOS