Ante el coronavirus, se mantiene firme el sector inmobiliario
Por Xóchitl Rodríguez
“En nuestro trabajo, cuando hay movimiento tenemos que movernos, no nos podemos detener; y cuando no lo hay, pues tenemos que movernos el doble”, es la máxima con que Irma Gómez, Presidenta de la Asociación Profesional de Inmobiliarios de Sonora, A.C., (APIS) se refiere a la situación que ha vivido el sector inmobiliario durante la pandemia del Covid-19.
Los bienes raíces son muy inciertos, dijo, “y aunque esperábamos un bajón, lo cierto es que, para sorpresa nuestra, las ventas continuaron. No es que haya muchas, pero no cayeron”.
El impacto inicial por el Covid-19 se observó en tres afectaciones: la primera fue que con el aislamiento social los asesores no podían salir a mostrar ni los clientes podían salir a ver las propiedades. Además, todo estaba cerrado, incluso las notarías, y la actividad se detuvo.
La segunda afectación se refiere a una especie de transformación, porque la venta se redujo un poco pero se incrementó la renta de vivienda.
Y el tercer impacto ha sido en las formas, porque antes los asesores llevaban a las personas a mostrarles las propiedades y era raro que fueran solas; generalmente iba alguien de la familia, llevaban a algún amigo o iba la familia completa, así fueran casas habitación ocupadas o solas. Ahora ya no. Actualmente, los clientes que visitan una propiedad han sido “filtrados” y se toman las precauciones necesarias.
Es decir, precisó, antes de la visita se realiza una serie de preguntas con base a la necesidad del cliente y se verifica que cumpla los requisitos, sea para renta o compra del inmueble. Si no los cumple, no se realiza la visita.
“A veces dábamos muchas vueltas para mostrar una propiedad. Mucha gente quería ir a ver casas por hobby, ahora ya no. Primeramente los filtramos y si vemos que ese cliente realmente va a comprar o a rentar, hacemos la cita. La persona lo sabe de antemano”, comentó.
Aunado a ello, cuando sí se lleva a cabo la visita a una propiedad, se pide al cliente que use cubrebocas y los asesores llevan gel y los instrumentos de trabajo sanitizados –como plumas, contratos, documentos, etcétera-, los cuales se vuelven a desinfectar una vez que concluye la operación.
Otro de los cambios a que ha tenido que adaptarse el sector inmobiliario es la forma de promover las propiedades. Se están utilizando en mayor medida los medios electrónicos, que son los portales inmobiliarios, grupos de Facebook y de Whatsapp donde comparten información entre inmobiliarios y la bolsa inmobiliaria que manejan las asociaciones, donde están las propiedades de todos los asociados, las cuales pueden ser pasadas a los clientes de una manera directa.
Sin embargo, aunque se utilicen los medios electrónicos y cada vez se vuelva más digitalizado, el negocio inmobiliario requiere del trato humano, el cual aún se busca y se sigue dando, precisó.
No puede decirse que durante la pandemia haya surgido la oportunidad de comprar casas más baratas porque los inmuebles han mantenido sus precios, dijo, pero sí ha repuntado el mercado de rentas, particularmente de vivienda. El segmento más afectado ha sido el comercial, los locales, que han tenido que bajar el monto para que se propicien las rentas; pero la vivienda económica ha estado fluyendo de manera muy sorprendente.
Las ventas no cayeron, reiteró. Prosperaron en mayor medida las de interés social y vivienda media (de 400 mil hasta un millón 500 mil pesos) y estuvieron un poquito más golpeadas las de vivienda residencial, de lujo y residencial alta, pero no significa que hayan caído, como se esperaba.
En este sentido, las expectativas para el sector inmobiliario son buenas, afirmó. Las hipotecas y los créditos se mantienen en las instituciones bancarias que, además, redujeron tasas de interés; por ejemplo, Banorte quedó en 7.5%, otras en 8.5% y el Infonavit, que es el más alto, tiene tasas aproximadamente de 12%. “Son históricamente las tasas más bajas. En el Infonavit, con la ventaja de que son créditos seguros para los derechohabientes y solo tienen que solicitarlo”, comentó.
La incertidumbre ha sido el sello de estos tiempos de coronavirus, por ello, para garantizar la seguridad de su patrimonio en cualquier transacción, Irma Gómez recomendó contratar un asesor inmobiliario que cuente con licencia y de preferencia que pertenezca a alguna asociación.
En APIS, por ejemplo, se pueden pedir referencias del trabajo de los asesores o poner alguna queja, si es necesario. La asociación, que trabaja de la mano con la Secretaría de Economía y cumple con la Ley 150, garantiza que el asesor cuente con licencia y conocimientos actualizados para realizar las diferentes operaciones inmobiliarias. Existe un código de ética y el compromiso de cuidar el patrimonio de los clientes, concluyó.
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