Plantar árboles mejora la calidad de vida

Plantar árboles mejora la calidad de vida

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Entrevista a:
Dra. Maribel Pallanez Murrieta
Profesora-Investigadora de la Universidad Estatal de Sonora. Cordinadora del grupo ACTUES

En todas las zonas urbanas específicamente en Hermosillo existen tres principales problemas ambientales, dos de los cuales — las islas de calor y la contaminación del aire– los resuelven los árboles, explicó la Dra. Maribel Pallanez Murrieta, Profesora e Investigadora de la Universidad Estatal de Sonora (UES), quien agregó que el tercer problema es la generación de basura.

Las islas de calor, ligadas al cambio climático, son las concentraciones de alta temperatura en ciertas zonas de la ciudad, continuó, y en la capital sonorense este problema se presenta en áreas en donde no hay árboles. “Son islas de calor ya identificadas en la ciudad y proveen de un microclima que hace que la temperatura incremente porque no tenemos árboles”, dijo.

Pallanez Murrieta expuso que los árboles generan un microclima, con el cual se puede tener una disminución de la temperatura de hasta 4.7 grados centígrados en zonas en donde hay un arbolado importante. Es fundamental considerar no sólo la cantidad, sino también la distribución de los árboles, ya que al generar una especie de dosel o cortina se brinda al ambiente humedad y disminuye la temperatura.

Las islas de calor son generadas por las altas concentraciones de dióxido de carbono, emitidas principalmente por los vehículos y que los árboles logran captar y traducir en oxígeno, asimismo de dióxido de azufre que ocasionan enfermedades respiratorias y alérgicas tan comunes en esta ciudad. Además existe otro elemento –muy publicitado a raíz de la quema de llantas en la zona poniente de la ciudad– las partículas suspendidas totales (PST) que sin son menores a 10 micras ocasionan problemas respiratorios, alertó la ecóloga.

“Esta calidad de aire también puede ser subsanada si nosotros logramos reforestar porque los árboles –además de darte una vista maravillosa y de incrementar tu calidad de vida y tu supervivencia– generan que estas partículas se suspendan en las hojas de los árboles y sean atrapadas por éstas mejorando tu sistema pulmonar. Ya no las respiras… los árboles las están respirando por ti”, subrayó.

Además es un espacio para la avifauna y fauna, para la contemplación de la naturaleza, en donde el suelo se logra compactar y la lluvia no hace tantos destrozos en las calles porque es absorbida por las raíces de los árboles. No habría temperaturas tan altas en la ciudad porque éstos con su humedad la aminoran. Es calidad de vida en todos sentidos. “Entonces, si los árboles nos dan todos estos beneficios ¿por qué no plantar más?”, cuestionó.

En este sentido, alertó, la cobertura vegetal en la ciudad de Hermosillo (información documentada en una investigación realizada como proyecto de tesis de maestría en la UES) es alrededor del 6.3% en promedio. De hecho, el 76.14% de nuestro territorio en la zona urbana de la capital sonorense está con menos del 10% de cobertura; y solo el 0.91% de nuestra superficie tiene más del 10%, estimándose entre el 30 y el 39%, enfatizó la profesora-investigadora.

“Es un problema grave, considerando que estamos en un ecosistema semidesértico en donde el árbol nos puede captar agua de lluvia y nos puede generar más agua. En donde la tierra, el suelo, por cuestiones naturales tiene minerales que no deberíamos estar respirando; los cerros que tenemos alrededor contienen ciertos metales que no deberíamos estar respirando”, advirtió.

La zona urbana es este complejo de casas, camellones, edificaciones, plazas públicas, parques, calles pavimentadas que constituyen el ecosistema del ser humano –así como las montañas son el ecosistema del oso y la sierra es el ecosistema del jaguar. “Y si el oso y el jaguar cuidan su ecosistema ¿por qué nosotros no cuidamos el nuestro? De ahí viene la misión del programa Jóvenes Verdes ACTUES (Actuando, Conservando, Transformando en la UES y desde la UES) cuya misión es reforestar las zonas que tienen problemas ambientales”, indicó la Doctora.

Comprometidos con la naturaleza y la educación ambiental, ACTUES es un grupo de jóvenes que se conformó dentro de la Licenciatura en Ecología pero que en este momento también se han integrado estudiantes de las carreras de Ingeniería en Mecatrónica e Ingeniería Ambiental por lo que ya se hizo un grupo multidisciplinario que trabaja en cuatro programas principales, externó.

1) Nuestra tierra dinámica, avalado por el Centro Latinoamericano de Arte, Ciencia y Educación y la National Aeronautics and Space Administration (NASA). 2) Universidad Limpia, se encarga del manejo, disposición y reciclado de los residuos sólidos de la Unidad Académica Hermosillo, lugar donde empezaron utilizando una metodología que esperan multiplicar en otros espacios 3) Jóvenes verdes. Inculcar los servicios ambientales que brindan los árboles y reforestación en la ciudad y 4) Eventos, sembrar la semilla de la conciencia ambiental en los niños a través de actividades en lugares públicos.

Plantar un árbol y darle seguimiento
En relación al 6.3% de cobertura vegetal en nuestra ciudad, la pregunta es ¿cuánto necesitamos? El estudio de maestría referido anteriormente generado en la UES estipula que se requiere mínimamente el 10%, es decir, falta un buen porcentaje por cubrir, específicamente la zona Norponiente por los boulevares Solidaridad, Lázaro Cárdenas, Antonio Quiroga, Juan Bautista de Escalante. Y la zona hacia el Sur: Palo Verde, Olivos, Las Minitas.

“Sabemos que tenemos problemas con el agua, entonces necesitamos árboles nativos de la región y que nos den un dosel, es decir, un área de hojas, un arbolado frondoso como el mezquite, el palofierro y el paloverde. Hay otros que no son nativos, se utilizan mucho, pero ya están adaptados a la región como la benjamina y el olivo negro”, subrayó.

Una vez que los árboles se plantan es necesario darles seguimiento, y éste es otro gran problema. Es necesario entender y colocar dentro de la cultura ambiental de la comunidad hermosillense que una vez que tienen un árbol deben cuidarlo. Y mientras se está instalando, se está acomodando su raíz, deben regarlo y una vez instalado solo va a crecer, consideró la profesora-investigadora.

Un dato relevante es que la extensión del beneficio de un árbol a su alrededor puede dispersarse entre 100 y 1000 metros, subrayó. Y este beneficio para quien esté en dicho campo de acción se traduce en una mejor calidad de vida.

“Nosotros actuamos porque estamos tratando de dejar un mejor mundo para las generaciones que vienen, hijos, nietos, etc. Nuestra misión es sembrar semillas en las personas que puedan germinar en mejores acciones para el ambiente. Si no tomamos en nuestras manos nuestro propio ecosistema, no estamos dejando ninguna huella en el planeta… solo huella de destrucción, de deforestación”, advirtió la Dra. Maribel Pallanez Murrieta.

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